domingo, 21 de octubre de 2018

EL AGUA


El agua


El agua es la sustancia más abundante en el planeta. Todos tenemos conocimiento y estamos en contacto continuo con ella: al beber, al cocinar, al bañarnos, al jugar cuando hace calor. Es tan importante que sin el “líquido vital” sería imposible cualquier forma de vida sobre la Tierra.
El agua es un componente esencial de los seres vivos; cada ente sobre la Tierra, en mayor o menor cantidad, la necesita para existir. Sin ella, no pueden realizarse procesos vitales de las células y cualquier organismo muere en unos pocos días.
El cuerpo humano contiene 75% de agua al nacer, y cerca del 65% en la edad adulta. La mayor parte de dicho líquido se encuentra en el interior de la célula (agua intracelular), el restante circula en la sangre y baña los tejidos (agua extracelular).

En el agua contenida en el cuerpo tienen lugar las reacciones que permiten vivir, debido a que los agentes proteicos llamados “enzimas” que intervienen en la transformación de las sustancias, que se emplean para la obtención de energía y síntesis de materia propia, requieren de un medio acuoso para que su estructura tridimensional adopte una forma activa.

En las reacciones de combustión de los nutrientes que tiene lugar en el interior de las células para obtener energía se producen pequeñas cantidades de agua. Esta formación de agua es mayor al oxidar las grasas - 1 gr. de agua por cada gr. de grasa -, que los almidones -0,6 gr. por gr., de almidón-.


El agua que se produce en la respiración celular se llama agua metabólica, y es fundamental para los animales adaptados a condiciones desérticas. Si los camellos pueden aguantar meses sin beber es porque utilizan el agua producida al quemar la grasa acumulada en sus jorobas. En los seres humanos, la producción de agua metabólica con una dieta normal no pasa de los 0,3 litros al día.



Distribución del agua en el organismo

El agua constituye alrededor de 60% a 75% del organismo y se distribuye en el organismo de la siguiente manera:
 ■ Líquido intracelular: se encuentran distribuidos dentro de las paredes celulares, y es aquí en donde se llevan a cabo los procesos metabólicos con la colaboración de las enzimas.
 ■ Líquido extracelular: se encuentra fuera de las células y hay dos tipos:
 ■ Líquido intersticial: es el que circula entre las células que forman un tejido u órgano específico, por ejemplo el hígado.
 ■ Líquido intravascular: es el agua que se encuentra en el torrente sanguíneo, por ejemplo el plasma es la parte del líquido extracelular de la sangre que se encarga de trasladar las células de la sangre en el interior de las arterias, de las venas y de los capilares que forman parte del cuerpo.




Importancia del agua en el organismo
El agua es uno de los elementos más esenciales para la salud, por lo tanto es esencial en la supervivencia del ser humano.
La importancia del agua radica en que esta transporta los nutrientes a las células, apoya a la digestión formando secreciones estomacales, excluye los residuos, ayuda en el mantenimiento de los riñones y genera una hidratación constante a la piel, ojos, boca y nariz, lubrica las articulaciones, regula la temperatura corporal y el metabolismo.
El agua actúa como un lubricante en la mayoría de los procesos del cuerpo, resaltando el de la digestión. Incluso en la boca, la saliva ayuda a masticar y a deglutir los alimentos, de esta forma se asegura un buen deslizamiento por el esófago. Así mismo el líquido vital lubrica las articulaciones y los cartílagos de forma que nos movamos con menos rigidez y de una forma más fluida.



Cuando una persona no ingiere la cantidad de agua que necesita, esta se aleja de las articulaciones para irrigar las zonas del cuerpo más importantes, provocando una mayor fricción pudiendo ser causa de dolor, así como conducir a lesiones y a artritis.


Recomendaciones sobre el consumo del agua
El agua de los alimentos así como la que bebemos  y el resto de los líquidos que consumimos, tienen que asegurar nuestra correcta hidratación para satisfacer cada necesidad vital de nuestro organismo.



Es muy importante consumir agua, pero sin descuidar su calidad, cantidad y tiempo. Por ejemplo, si bebemos grandes cantidades de líquido durante o después de las comidas, reducimos el grado de acidez en el estómago al diluir los jugos gástricos. Esto puede ocasionar que las enzimas que necesitan un determinado grado de acidez para actuar queden inactivas y como consecuencia que la digestión se ralentice (hacer más lento el proceso). Las enzimas que no dejan de actuar por la disminución de la acidez, pierden capacidad al quedar diluidas. Al tomar bebidas frías con las comidas, la temperatura del estómago desciende, por lo tanto la digestión se vuelve aún más lenta.
Por lo tanto, debemos tomar agua en los intervalos entre comidas, entre dos horas después de comer y media hora antes de la siguiente comida. Así logramos una mejor hidratación y activamos los mecanismos de limpieza del organismo.




En varias poblaciones es más recomendable consumir agua mineral, que provenga de un manantial o fuente confiable, al agua del grifo. Tomando en cuenta que a las redes de distribución públicas se le añaden compuestos químicos como el cloro y el flúor, que a pesar de ser indispensables para evitar la contaminación microbiológica, puede resultar riesgoso incluso en las dosis empleadas por sanidad pública. Igualmente, si los conductos por donde circula el agua hasta nuestra llave están hechas de plomo, es importante saber que este metal pesado se disuelve en el agua de consumo y que es tóxico para el organismo. Al ser ingerido, a pesar de que sea en cantidades muy pequeñas, puede dar lugar a graves enfermedades. Así mismo, en el agua del grifo también se pueden encontrar mercurio, cadmio y en zonas industriales o agrícolas también los nitratos de los pesticidas.

¿Es necesario beber agua diariamente?


Es imprescindible consumir una cantidad suficiente de agua cada día, para lograr un apropiado funcionamiento de los procesos de asimilación y sobre todo, para los de exclusión de residuos del metabolismo celular. El organismo no cuenta con un depósito de agua, por lo tanto, las cantidades de agua que se pierden cada día deben reponerse para conservar en buenas condiciones nuestro estado de salud. Una ración recomendada para adultos es de 35 ml/kg de agua y para niños de 50 a 60 ml/kg. Como mínimo requerimos aproximadamente tres litros de agua al día, de los cuales alrededor de la mitad la obtenemos de los alimentos y la mitad restante la debemos adquirir bebiendo.

Sin embargo, debemos estar conscientes de que en determinadas situaciones o etapas de la vida, estas necesidades pueden aumentar de manera considerable. La pérdida de un 20% de agua del cuerpo puede causar la muerte y una pérdida del 10% provoca alteraciones graves.






Bibliografía
Laborín Antúnez, Judas Alejandro; Robles Quiroz, Dulce María. Gastronomía y Nutrición capacitación para el trabajo, Utiliza el Cálculo Calórico en la Planeación de Dietas con Diferentes Variables. Dirección Académica del Colegio de Bachilleres del Estado de Sonora. 2014. Recuperado de: http://www.cobachsonora.edu.mx/files/semestre3/CPT_GASTRO_Sub1.pdf

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